No era lo habitual. A Sanches la llamada por el busca del Inspector de la Comisaría Centro de SinnCity le pilló por sorpresa.
–Tienes que presentarte en casa de los Rotter -le dijo-. A las 4 PM. Es en la vieja mansión de la Colina.
–Bip-bip -contestó con dos pitidos para dar su conformidad.
Después de una rápida comida en un McGregor, Sanches hizo algo que tampoco era habitual, llegó con media hora de antelación a la cita. La casa donde vivía la familia Rotter era una antigualla de la época colonial que amenazaba una ruina inminente. El viento comenzó a barrer la calle con sus corremundos espinosos. Un rayo le deslumbró, y el enorme trueno dejó sin luz media ciudad.